sábado, 7 de abril de 2012

El acomodador


Escrito por Felisberto Hernández (1902-1964). Es parte de su colección de relatos "Nadie encendía las lámparas" (1947).  Lo he leído en la edición de RM Verlag, Barcelona y Ciudad de México, 2008.

Era Don Felisberto, músico itinerante e inventor de métodos taquigráficos, también curioso literato. Instrumentos de predilección: el piano y el libre juego del inconsciente. A veces sus intuiciones son geniales; otras, también, pero se me escapan entre los dedos, no consigo aprehenderlas, como sin duda le pasaba a él con algunas semicorcheas (también le pasaba a Rubistein cuando tocaba a Albéniz, según confesión propia, así que no creo estar faltando a su honor de intérprete con tal suposición). Sus ambientes, sus personajes, la ilógica con la que se mueven, la alquimia secreta de los más inesperados juegos mentales, todo configura un paisaje alucinado, pero que no es propiamente fantástico, con alguna excepción.

"El acomodador" es el cuento más propiamente fantástico de la colección, y el mejor cuento. Don Felisberto es ese tipo de mago que introduce pañuelos en su chistera y saca a renglón seguido palomas muertas, pero sonrientes, porque al menos se dio una oportunidad a la paz.

Es una alegoría quizás más trasparente de lo que se pudiera pensar. Tan trasparente que he mirado al través de su sentido y he visto mi propio rostro, como le sucede al protagonista en la impresionante escena que ocurre en su dormitorio. Cuento más de efecto que otros más evanescentes del uruguayo, sin dejar de ser propiamente felisbertiano, es esa búsqueda decidida de lo inquietante, e incluso de rasgos propios del cuento de terror, lo que le da una densidad clásica, dentro de un desorden.

La mirada del acomodador puede ser la mirada del artista visionario, que entrega su luz, no siempre clemente a aquello que se contempla. Cuando mira en nuestro cerebro, el resultado es este gran relato.


"El portero y acomodador del Cine Avenida de la Luz de Barcelona, Jose Vazquez de Novoa Martinez, en el año 1973".
Foto donada por Joan Kleber Planas al Museo Virtual de Viejas Fotos del Diario 20 Minutos. Ejemplo de acomodador de mirada bondadosa, no exactamente como el del relato. Comparten ambos sin embargo los botones dorados.

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