martes, 24 de julio de 2012

La autopista del sur





En "La autopista del sur" de Julio Cortázar se crea un escenario cerrado, aunque sea a cielo abierto: hablamos de un monstruoso atasco automovilístico.

Alegoría enigmática (pero ¿no es ese acaso, dicen algunos, el ambiguo género que ha inventado nuestro tiempo, gracias a ese hombre genial que fue Franz Kafka?) lo que en los primeros momentos de la lectura me pareció una fábula anti-automóvil, como las que escribió García Pavón, va adquiriendo otras dimensiones, más amplias, más, si se quiere, filosóficas. Así, luego se me ocurrió que hablaba de la vida y de su fuga incesante, que solo en breves y preciosos momentos parece remansarse; luego del proceso social que ha llevado a la atomización de la vida moderna, frente a la vida de antaño, más comunicada, más compartida.

Dentro de la obra de Cortazar, que me propongo explorar más metodicamente que hasta ahora, me recuerda un poco a la novela "Los premios". Aquí como allí, tenemos un espacio acotado, sea por el mar, sea por la inmovilidad forzada del marasmo circulatorio. Tenemos un rico muestrario de personajes, bien que en la novela adquirían una carnalidad superior, como es propio del género novelesco. Aquí, en curiosa metonimia, los personajes son denominados por el vehículo que ocupan, y aún así no están tan despersonalizados como se pudiera pensar; para mí adquirieron vida propia e imagen definida, mucho más que sus autos, por mi ignorancia de todo ese mundo de marcas y modelos.

Este espléndido cuento es el comienzo de uno de los grandes libros de cuentos de nuestra literatura en castellano: "Todos los fuegos el fuego". Después vendrán cuentos quizás aún más grandes: "La salud de los enfermos", "La señorita Cora", "La isla a mediodia". Este último también pertenece al género fantástico, sin duda con más propiedad que el que nos ocupa, que se mueve en los campos limítrofes de la alegoría, lo kafkiano, lo surreal.




El gran Don Julio haciendo surrealismo en algún lugar de la autopista entre Marsella y París, tal como en el cuento.

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