Escrito por René Rebetez (1933-2000). Es parte del libro "Ellos lo llaman amanecer y otros relatos", Bogotá 1996. Lo he leído en "Cuentos y relatos de la literatura colombiana", tomo II, selección de Luz Mary Giraldo, publicado por el Foro de Cultura Económica, Bogotá 2005.
La idea básica de este relato es la fusión de grupos de seres humanos en un nuevo individuo de origen colectivo. Este tema no es una invención del autor colombiano (pero que difícil, por no decir imposible, es trazar la primera ocurrencia de una idea); aparece con otros matices por ejemplo en la novela de fantasía científica de Rosny Aîne "La fuerza misteriosa". Sin embargo, lo que en el autor belga buscaba suscitar la sensación de maravilla, aderezada con algunos toques de fino humor, en el cuento del cundinamarqués busca el asco y el horror ante la supresión de la individualidad. Esta nausea específica ante el triunfo de lo colectivo solo recuerdo haberlo sentido con tanta fuerza con la lectura de "Un mundo feliz" de Huxley.
Estamos ante una alegoría evidente, un cuento de formidable poder, sencillo en su horror sobre la sustitución del ser humano por otra cosa, que es más y menos que humana, nunca reconocible. Rebatez, como otros antes y después que él parece apuntar al poder destructivo de la sociedad de masas sobre la conciencia individual.
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