Aquí tenemos de nuevo al autor favorito de esta página, de momento, con tres reseñas. Don Rafel Arévalo Martínez fue un escritor complejo, y un hombre nada sencillo. Su obra es extensa y multiforme. Sus textos más conocidos son sus extraños cuentos simbolistas, líricos y discursivos, más surrealistas que fantásticos, donde hace retratos psicológicos e incluso físicos, de diversos personajes, conocidos o anónimos, emparentándoles con animales, con sus "nahuales" dicen algunos. El más famoso es "El hombre que parecía un caballo", en donde expresa su fascinación por el poeta Barba Jacob (que en verdad el colombiano tenía un rostro algo caballuno). Tengo que decir que estos cuentos, sin discutir la belleza del estilo y el vertiginoso vuelo metafórico, no son los que prefiero de él, quizás con la excepción del muy bello "Nuestra Señora de los locos".
Los que yo prefiero son sus relatos más breves, más directos y sencillos, y más propiamente fantásticos, de los cuales ya he reseñado dos: "El retrato", un delicado y tierno relato de fantasmas, quizás uno de los más sutiles jamás escritos, y el ambiguo y sorprendente "El hombre verde", que vale como relato de lo sobrenatural y como consejo de técnica literaria.
"El gigante y el auto", como se encargan de decirnos los numerosos autores de la "Chronology of Latin American Science Fiction, 1775-2005" número 103 de la revista digital "Science Fiction Studies" es la más decidida aproximación del guatemalteco al genero de fantasía científica, y es un breve homenaje al "Micromegas" de Voltaire.
Incorporado a la edición del 51 del sempiterno "El hombre que parecía un caballo", es un breve relato de suave humorismo que no invalida para nada su premisa "cienciaficcionística". Los extraterrestres pueden estar entre nosotros y ser nosotros incapaces de verlos, si acaso de percibir algunos de sus efectos sobre nuestro medio ambiente, como las hormigas padecen a veces nuestras intervenciones, destructivas o alimenticias, sin (suponemos) saber realmente lo que está pasando.
No hay en principio muchos relatos dedicados al tema de los extraterrestres entre los autores clásicos de la literatura en castellano. Ya comenté el intenso relato "Los espias" de Mujica Laínez. El más famoso es sin duda "El calamar opta por su tinta" de Bioy Casares. Aunque bien pensado, la narración sobre tema extraterrestre de mayor calado y fascinación sobre la multitud lectora que nunca se haya escrito en castellano es un relato dibujado, una historieta; "El eternauta" con el memorable guión de Hector Germán Oesterheld.
En una belleza de coche como éste imagino a los personajes del cuento de Arévalo Martínez enfrentarse a lo ignoto venido de fuera de nuestro planeta.
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